La palabra “Lavanda”en latín significa “que sirve para lavar”, los romanos la utilizaban para perfumar los baños, los hebreos para las fumigaciones, Paracelso la utilizaba para las enfermedades mentales, la histeria y para calmar los dolores. De un modo u otro todos la utilizaban para lavarse y purificarse, sea física o psíquicamente. Según sus propiedades este aceite esencial está indicado en:
*Calambres y trastornos musculares (analgésico).
*Cólicos en bebés (calmante, sedante y espasmolítico).
*Infecciones de la piel (antiinflamatorio, cicatrizante y regenerador).
*Aporta armonía y equilibrio, relaja, tranquiliza, apacigua el nerviosismo y la ansiedad.
*Ayuda en los trastornos del sueño.
Un clásico que no puede faltar en el botiquín.
