La sangre se transporta por las vénulas y la venas para volver al corazón. El retorno venoso depende de que la sangre entre en las vénulas procedente de los lechos capilares y que se impulse hacia delante. Cuando respiramos, los cambios de presión y la contracción de los músculos ayudan a mover la sangre venosa hacia el corazón. Las válvulas permiten que la sangre se mueva sólo en esa dirección. El ejercicio físico y el movimiento son muy importantes, porque mantienen en acción el retorno venoso. Las personas con empleos en los que están mucho tiempo de pie y sin movimiento muscular son más propensas a sufrir venas varicosas ya que la sangre se ralentiza, esto impone más presión en las paredes de las venas que se estiran y hacen funcionar mal las válvulas. Para mantener las venas en buena forma el cuerpo necesita grandes cantidades de vitamina C para mantener la producción de colágeno. Un masaje circulatorio acompañado de una crema y aceites esenciales de plantas específicas como el castaño de indias, rusco, enebro, ciprés …ayudará al retorno venoso y aliviará los síntomas notablemente.
